Opositor disparando a civiles y guardias. Febrero 2014. |
Este fenómeno, que viene siendo detectado y
estudiado por especialistas de la Salud, del Derecho y del Periodismo,
particularmente en Venezuela, desde hace quince años, parece que ha cruzado el
océano y se ha instalado en España, en una mutación que afecta especialmente a
los medios de comunicación corporativos.
Recientemente el director de Público explicaba que la política
comunicacional del gobierno español consiste básicamente en aplicar a rajatabla
los 11 principios de la propaganda de Goebbels. Pero para entender la actitud
de los medios corporativos españoles respecto a Venezuela, bastaría con el
archiconocido enunciado de Malcolm X: “Si no estamos prevenidos, los medios de
comunicación harán que odiemos al oprimido y amemos al opresor”.
Todos los días sin excepción, los medios
españoles se afanan en desacreditar a la democracia venezolana, en múltiples
artículos y en diferentes secciones; por poner sólo algún ejemplo, El País del
jueves 26 de febrero incluía la portada, dos páginas de Internacional, una de
opinión y otra en la sección España; el pasado lunes 9 de febrero, “el
periódico global” le dedicaba dos páginas de Internacional, el Editorial y
otra página completa de Opinión. Y así día tras día.
A quienes militamos en la solidaridad
internacionalista nos llama poderosamente la atención la desigual atención y el
trato diferenciado que la prensa española presta a Venezuela respecto a otros
países de América Latina. En estos, a diario se producen violaciones de los
derechos humanos, torturas, desapariciones, asesinatos, que no merecen ninguna
reseña en la prensa, mientras se llenan páginas enteras con mentiras continuas
y descaradas contra el país de Bolivar.
Hablemos, por ejemplo, de México. El martes 24 de
febrero, en el Estado de Guerrero, México, un maestro de 65
años fue aporreado hasta la muerte por la Policía Federal, cuatro maestras
fueron violadas y doce permanecen desaparecidos, tras la represión policial de
la marcha magisterial. Ni una palabra en la versión impresa de El País.
El sábado 14 de febrero, Norma Angélica B.R.,
integrante del grupo ciudadano que busca familiares desaparecidos en fosas
clandestinas, fue ejecutada en Iguala. La mujer de 26 años fue asesinada
frente a sus tres hijos, de los que se desconoce el paradero, cuando se dirigía
al sepelio del joven José Ramón B.A., quien fuera ejecutado dos días antes en
el centro de esa ciudad, donde la división Gendarmería de la Policía Federal
(PF) asumió el control de la seguridad, tras la masacre y desaparición de los
43 normalistas (estudiantes de Magisterio) de Ayotzinapa. Ni una palabra en El
País ni en los demás medios.
“En México, la impunidad por violaciones de
derechos humanos sigue siendo la norma”, denuncia Amnistía Internacional.
Según datos oficiales, más de 22 mil personas han sido sometidas a
desaparición forzosa desde 2006, entre ellas los 43 de Ayotzinapa, que fueron
detenidos por las fuerzas de seguridad del estado y desaparecieron por el
camino. Estas son las cifras oficiales reconocidas por el gobierno. Las que dan
los organismos de Derechos Humanos son aun peores: 13 personas desaparecen cada
día desde que gobierna Peña Nieto. Una
desaparecida cada hora con 52 minutos. A las que hay que sumar las muertes
por la represión y las cinco mujeres diarias asesinadas por la violencia
machista.
La ONU denuncia que, en México, la tortura es
generalizada y la impunidad absoluta, mientras que la represión contra las
mujeres adopta habitualmente la forma de violencia sexual. Frente a esta
situación demencial, el informe de la ONU destaca que, entre 2005 y 2013 sólo hubo
cinco sentencias condenatorias por torturas.
Reporteros Sin Fronteras denuncia que México es el país más
peligroso del mundo para las y los periodistas. En la última década han
sido asesinados más de 80 periodistas y 17 han desaparecido. Los medios de
comunicación frecuentemente son blanco de ataques armados y de amenazas, que en
muchas ocasiones provienen de las autoridades federales y estatales.
Sin embargo, el hecho de que el país sea un
lodazal de sangre y fosas clandestinas no impide que El País afirme que “México es y
seguirá siendo destino de las inversiones extranjeras. Las agencias
calificadoras han dado un espaldarazo al Gobierno mexicano, pese a los
recientes episodios de violencia que han sacudido al país… Los problemas de
violencia que se viven son preocupantes y nos apenan mucho,
pero no inciden en la fortaleza del país, ni desincentivarán
la entrada de riqueza”.
Claro, cómo no: México está postrado ante el
vecino del Norte y, desde 1994, sufre las consecuencias de haber firmado el
Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA). Además, acaba de
privatizar PEMEX. El expolio de los recursos, el saqueo al pueblo
mexicano y la impunidad del terrorismo de Estado van de la mano y se entienden
a la perfección.
Hablemos de Colombia. Según datos de la OIT, han
sido asesinados casi 3.000 sindicalistas y 196 han desaparecido. De cada 10
sindicalistas asesinados en el mundo, 9 son colombianos. Es el país más
peligroso del mundo para ejercer el sindicalismo.
En Colombia, durante 2014, un defensor de los
Derechos Humanos ha sido asesinado cada semana, y dos han sido agredidos o
torturados cada día, según el informe anual presentado por la ONG Somos Defensores.
Esta es la punta de un inmenso y espantoso iceberg: la estrategia paramilitar
del Estado, combinada con el accionar de policías y militares, ha sido el
instrumento de expansión de los terratenientes y de las transnacionales. El
Estado colombiano ha forzado la desaparición de más de 50.000 personas y ha
despojado y desplazado a más de cinco millones (es el país del mundo con más
desplazados después de Irak). En la población de La Macarena, detrás de un
cuartel del ejército, se ha encontrado la mayor fosa común de toda América
Latina, de la que ya se han sacado casi tres mil cadáveres. Y siguen saliendo.
El lunes 19 de enero de 2015 desapareció Carlos
Alberto P.S., militante de Congreso de los Pueblos y del Movimiento de Víctimas
de Crímenes de Estado, entre otras organizaciones, después de haber recibido
amenazas de bandas paramilitares. Apareció asesinado dos días después.
Jáminton Andrés Ávila, líder comunitario, campesino
jornalero, de 43 años de edad, fue asesinado el viernes 30 de enero en la
escuela de la vereda La Punta, del municipio de Yondó (Antioquia), Zona de
Reserva Campesina del Valle del Río Cimitarra. El pasado 5 de febrero fue
asesinado Eriberto N.H., de 51 años, líder comunal del Patia. Había
recibido amenazas y por ese motivo vivía como desplazado en El Bordo.
Ninguno de estos defensores de los derechos
humanos y sociales merecieron una sola línea en ningún periódico español, ni un
solo segundo en TVE ni en las televisiones privadas.
El pueblo
mapuche en Chile, el pueblo Qom en la Argentina, los diversos pueblos originarios del Perú, de Guatemala, de Honduras,
cuando plantean sus reivindicaciones, son respondidos con bala por los
gobiernos, y con el silencio absoluto por la prensa. En este sentido también,
Venezuela constituye una anomalía, pues allí los pueblos originarios disponen
de un Consejo Presidencial de Gobierno, en el que plantean directamente al
Presidente Maduro sus propuestas.
En pleno carnaval de 2015, la prensa española
intentó disfrazar la realidad, para presentar como un demócrata injustamente
perseguido a Antonio Ledezma, por su admitida participación en el complot
golpista recientemente descubierto. Ledezma, también conocido como el Vampiro,
es cómplice confeso de la operación golpista autodenominada La Salida, entre
febrero y junio de 2014 y del intento fallido de resucitarla en este año,
partícipe del golpe de estado de 2002, entre otros hechos por los que nunca fue
procesado. Su prolijo prontuario criminal es tan antiguo como la
impunidad absoluta de la que siempre gozó. Hasta ahora.
No tendría que hacer falta decir que no ha sido
detenido por orden de Maduro, sino de la Justicia. Será juzgado con todas las
de la Ley y podrá defenderse, como debe de ser, en los tribunales y con su
equipo de abogados, algo que no pueden decir las familias de sus múltiples
víctimas. Rápidamente, la prensa española se hizo eco de todo tipo de patrañas
sobre su ‘secuestro’, golpeado de forma salvaje, esposado…Pero la
verdad es bien diferente, y pese a que cualquiera
puede comprobarlo en este vídeo, en España la prensa sigue
propagando a diario burdas mentiras sin aportar ninguna prueba.
Y sin embargo —maldita hemeroteca—, el mismo El
País que hoy se deshace en elogios hacia ese personaje, el 1 de diciembre
de 1992 denunciaba la responsabilidad de Ledezma en la Masacre del
Retén de Catia. Entonces, Antonio Ledezma ejercía como Gobernador del
Distrito Federal y, por tanto, estaba a cargo de la Policía Metropolitana,
responsable de la vigilancia del penal. Decía El País: “… La
versión de los presos y sus familiares discrepa por completo de la oficial.
Aseguran que se aplicó la ley de fugas, para eliminar a los presos, los
familiares pasaron el fin de semana peregrinando desde las inmediaciones del
penal hasta los hospitales en busca de sus allegados. Aseguran que muchos
cadáveres fueron arrojados a una quebrada cercana y arrastrados por las aguas…”
Los están matando como a perros”. Durante el fin de semana, en la morgue, María
revisó unos 30 cadáveres, pero no encontró entre ellos a su hijo. En un
descuido de los policías, el enviado de este periódico pudo
acercarse al penal. Tras los barrotes, los presos denunciaban
a gritos su situación: “Tenemos hambre. Llevamos cinco días sin comer; hay
gente desmayada y deshidratada”. Uno de los presos clamaba: “Tienen que dragar
el río de aquel lado para sacar los cadáveres… Abrieron la puerta, para que
saliéramos y disparar sobre nosotros”.
Esto es lo que decía El País cuando
estaba pasando. ¿Habrá que recordarle a El País que lo que relataba
aquel día era la ejecución de un crimen de lesa humanidad y que como tal es
imprescriptible?
Veamos cómo lo contaba la prensa venezolana de la
época. El diario Últimas Noticias no era de izquierdas entonces y
tampoco es chavista hoy. El relato que hizo el 16 de diciembre de 1992 es estremecedor.
La orgía policial duró varios días y era televisada en directo. En las imágenes
se podían ver sábanas colgadas por los presos en las que decían “Nos están
matando, auxilio”. Se podían ver filas de presos desnudos y desarmados en los
patios y al día siguiente fusilados. Se podía ver, también, al director de la
prisión, Eloy Mora, mano derecha de Antonio Ledezma, con una metralleta en una
mano y una pistola 9 mm. en la otra, disparando a diestro y siniestro. Incluso
las y los familiares de los presos fueron acribillados cuando se les ordenó
entrar a recoger los cadáveres de sus seres queridos y después arrojados al
río.
Según testimonios de los supervivientes, todo fue
planificado, ya que durante los días previos a la masacre, hubo una extraña
clasificación de los reclusos. La masacre se inició a partir de las 5 de la
mañana del día 27. La policía aplicó ley de fugas y, sin duda, las órdenes las
debieron recibir con anticipación, ya que no actuarían sin la anuencia de su
jefe directo: Antonio Ledezma.
Durante siete días el Retén de Catia estuvo
cerrado a las visitas y ni siquiera hubo una investigación oficial para saber
qué había pasado allí. No obstante, los testimonios de los internos y sus
familiares abundan. En los barrios cercanos al Retén se dice que los presos
eran acribillados sin reparos.
El desprecio por las víctimas fue tal, que ni
siquiera se computó el número de muertes. Sin la debida investigación, las
cifras varían: el Ministerio de Justicia, admitía la muerte de 63 internos, el
gobernador de Caracas (sí, el Vampiro Antonio Ledezma) reconocía más de 100, el
periódico El Nacional indicaba alrededor de 200. Las familias de los
presos contaron 540.
Y Leopoldo López en Ramo Verde
Páginas enteras (y hasta portadas) de la prensa
española, las ocupó el otro político preso en espera de juicio, Leopoldo López,
quien lleva un año en prisión acusado de delitos sumamente graves conforme al
sistema penal de cualquier democracia de nuestro entorno: instigación para
delinquir, daño e incendio de edificación pública, asociación para delinquir y
financiación del terrorismo. En ellas, toda la prensa escrita española, sin
excepción, relata de forma pormenorizada las penosas condiciones a que se
ve sometido, con palizas constantes, torturas psicológicas y todo tipo de
perrerías ‘bolivarianas’.
Precisamente el pasado 18 de febrero, CNN emitió una entrevista telefónica con Leopoldo López en la que
denunciaba una vez más que estaba incomunicado. Lo curioso es que la llamada la
hacía él mismo, desde su propio teléfono móvil, lo cual como mínimo provoca
estupor. Cualquiera puede introducir su nombre en Google y comprobará la
cantidad de entrevistas que concede este individuo.
Y sin embargo, bendita hemeroteca, en la muy británica BBC podemos ver cómo Leopoldo López “…reconoce
que sigue los acontecimientos a través de los periódicos y la televisión que le
instalaron en su celda de 13 metros cuadrados”.
Su esposa, Lilian Tintori, le dijo a la BBC que
su marido está “aislado en una celda con baño… Se levanta todos los días a la 6
de la mañana. Sale a la cancha a trotar, saltar lazo y hacer barras. Dentro de
la celda, hace sentadillas, lee libros de historia y economía y “escribe sobre
su situación”. Además de la comida que le dan en la cárcel, su familia le lleva
fruta y otros alimentos en los días de visitas, que son los jueves, viernes,
sábados y domingos. Por ahora, López pasa sus días en la cárcel, leyendo y
haciendo ejercicio e incluso reconoce que “no se siente preso”.
Hay que recordar que este hombre está acusado de
instigar, organizar y financiar los disturbios (“guarimbas”) que entre febrero
y junio de 2014 provocaron cientos de heridos, destrozos por más de 15 mil
millones de euros y, lo peor de todo, 43 víctimas mortales, la mayoría de ellas
chavistas, como se puede comprobar escuchando las declaraciones del Comité de
Víctimas de las Guarimbas que, por cierto, nunca fueron del interés de la
prensa española, ni siquiera cuando fueron recibidas en el Parlamento Europeo.
También, es cierto, hubo excesos policiales y esos policías están presos en
espera de juicio, junto con varios paramilitares, francotiradores y sicarios
colombianos y alguno venezolano. Es curioso y significativo que Leopoldo López
considere a estos, en su entrevista por CNN, presos políticos y reclame su
libertad, en lo que debe de ser una definición insuperable y ejemplar de disociación
psicótica.
Usted puede introducir en Google Imágenes la
palabra “guarimba” y comprobará cómo, en la abrumadora mayoría de ellas,
jóvenes de piel clara y bien vestidos atacan a la policía que, estoicamente,
resiste la agresión. Otro tanto puede hacer en Youtube, donde comprobará lo
mismo y también la dificultad para ver ni una sola carga policial contra
manifestantes como las que vemos habitualmente en España.
Mientras El País se afana en denunciar
que el pueblo venezolano se muere de hambre, la FAO (organismo de la ONU para
la alimentación y la agricultura) reconoce que en Venezuela el hambre es un tema superado y le
entrega a Nicolás Maduro el premio que lo certifica.
La UNESCO (organismo de la ONU para la educación
y la cultura) declaró en 2005 a Venezuela territorio libre de analfabetismo, condición que
sólo comparte con Cuba, que lo es desde 1961 y Bolivia, desde 2008. Actualmente
en Venezuela, un tercio de sus habitantes está cursando estudios, y uno de cada
nueve son universitarios, lo que coloca a la patria de Chávez en el quinto
puesto a nivel mundial.
UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la
Infancia) reconoció los avances en la atención en salud y educación a niños, niñas
y adolescentes durante los 15 años del proceso revolucionario bolivariano.
También destacó que Venezuela es el país latinoamericano con menor porcentaje
de trabajo infantil, ha cumplido con las Metas del Milenio y con los tratados
internacionales en la materia.
A pesar de esto El País no permitirá que
los hechos, reconocidos por los organismos de la ONU, le estropeen su discurso:
el lunes 23 de febrero, en un artículo delirante y a página completa, Enrique
Krauze acusaba a la Revolución Bolivariana, ni más ni menos, que de dilapidar
los recursos del país en políticas sociales. Hace falta ser ruin y mal
bicho para atreverse a hacer semejante acusación. Desde luego, será muy difícil
encontrar en España algún político a quien acusar de semejante delito.
Cito literalmente: “A partir de 2003 Chávez instituyó las misiones de
atención médica, educativa, alimentación, vivienda, que aportaron una mejora
social en la vida de muchos venezolanos”. ¿Se puede ser más perverso? Sí: el
ultraderechista Krauze explica que lo han hecho a través de un acuerdo con el
gobierno cubano que ha sido, óiganlo bien, extremadamente beneficioso para
ambos pueblos, pues a cambio de la contratación de 40 mil médicos y profesores,
Venezuela proporciona a Cuba petróleo a precio preferencial y la financiación
de 76 proyectos sociales.
¿Será que Krauze es un psicótico disociado? O
será que es, en definitiva y al igual que El País, un propagandista al
mejor estilo goebbeliano de la ideología neoliberal que ha arrasado el mundo.
Pablo Pascual González
Miembro del Comité de Solidaridad con América Latina de Asturies, www.cosal.es
Tomado de Público.es
Pablo Pascual González
Miembro del Comité de Solidaridad con América Latina de Asturies, www.cosal.es
Tomado de Público.es
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